Web Toolbar by Wibiya Caso García Belsunce: mayo 2003

viernes, 30 de mayo de 2003

Se suicidó la madre de un sospechoso


El caso del crimen de María Marta García Belsunce sumó otra víctima: Silvia Magdalena Ryan, la madre del ex vecino del country Nicolás Pachelo, sindicado por la familia García Belsunce como sospechoso del asesinato, se suicidó ayer al arrojarse al vacío desde su departamento del piso 11 de un edificio de Retiro.
La mujer, según dijo el abogado del Pachelo, Roberto Rivas, dejó tres cartas. Dos de ellas manuscritas dirigidas al fiscal que investiga la muerte del country Carmel, Diego Molina Pico, y a su hijo Nicolás. Una tercera a máquina, donde hace un relato de lo que hizo 27 de octubre, cuando ocurrió el crimen, y con un texto por momentos confuso y desordenado, respalda la versión de su hijo sobre el homicidio, dijo Ribas.
Según señaló el letrado a LA NACION, en la carta dirigida al fiscal, la señora responsabilizó a Horacio García Belsunce (h.) por las imputaciones contra su hijo que motivaron su decisión de quitarse la vida. Simultáneamente, el fiscal de Pilar recibió una llamada de un allegado a los García Belsunce, preocupado por la seguridad de su familia, pues temían que Nicolás Pachelo pudiera tomar alguna represalia, por lo que Molina Pico le puso una custodia policial a Horacio García Belsunce (h.), a su mujer y a sus hijos, dijeron fuentes judiciales.
Ryan, de 60 años, era una pieza clave para respaldar la coartada de su hijo en la causa por el homicidio, pues el joven declaró que el 27 de octubre, cuando se descubrió el cuerpo de María Marta García Belsunce, estaba acompañado de ella haciendo compras en el Paseo Alcorta.
En la carta a su hijo, según Ribas, la mujer le dejó un beso a sus nietos y le dijo a su hijo, por última vez, cuanto lo quería. "En las cartas exculpa permanente a su hijo y dice que es objeto de una acusación injusta. No pudo entender nunca la liberación de Carlos Carrascosa, esposo de la víctima, y temió que ahora fueran contra su hijo", dijo.
La señora cayó desde un balcón del departamento A del piso 11 del edificio de la Avenida del Libertador 184, frente a la estación de Retiro. La mujer, según Ribas, se suicidó por la "profunda angustia" que le generaba que su hijo fuera acusado del crimen de María Marta García Belsunce.
"La causa de todo esto es el caso García Belsunce, que la tenía muy mal y angustiada. La señora quedó dolida al ver un programa de TV y se sintió acorralada", explicó.
"Esta muerte va a servir para que la prensa tenga cuidado con las cosas que dice e informa", señaló el letrado y recordó que en ese programa mostraron imágenes de la puerta del edificio donde la mujer se quitó la vida. "La muerte de la señora estuvo ocasionada por la imputación falsa que se le hizo a su hijo y esto lo llevó a quitarse la vida", señaló.
Ribas informó sobre la existencia de una carta a las 17.40, según cable de la agencia Telam. Casi al mismo tiempo, fuentes de la procuración bonaerense deslizaron que en una de las misivas la señora responsabilizaría a la familia García Belsunce por su decisión, debido a las acusaciones que lanzaron contra Pachelo.
Sin embargo, el propio abogado reconoció que sólo accedió a las cartas a las 19, cuando, junto a la policía, tardaron 20 minutos en abrir la puerta del departamento con el auxilio de un cerrajero. "No sabía de las cartas, fue una especulación, cuando nos enteramos que se suicidó", dijo el abogado, que estaba reunido con el fiscal Molina Pico cuando recibió la llamada angustiada de su asistido.
Según dijeron a LA NACION fuentes policiales, la señora se arrojó al vacío por un balcón de su departamento del piso 11. Cayó en un patio interno del departamento A del segundo piso. El portero del edificio de 13 pisos, ocupado principalmente por oficinas, indicó que escuchó un fuerte estruendo. En el departamento, donde ingresaron los peritos de rastros, la jueza María Gabriela de Lanz, a cargo de esta causa por "averiguación de suicidio", estaban las tres misivas sobre la mesa del living.
Al lugar llegó Pachelo, sus hermanos y una hermana de su madre. A las 21.47, efectivos de la Policía Federal retiraron el cadáver en una camilla metálica, cubierta con una bolsa negra. A Pachelo se lo vio en el hall del edificio, muy dolido.

Una muerte que esconde un secreto

Aun cuando jamás se sepan los verdaderos motivos que la llevaron a arrojarse al vacío, e incluso si nunca pudiera probarse acabadamente si, efectivamente, ese acto fue la consecuecia de una decisión suicida, es indudable que Silvia Ryan, al morir, se llevó a la tumba un secreto: qué hizo su hijo, Nicolás Pachelo, en la tarde-noche del 27 de octubre último, a la hora en la que una mano aún no identificada asesinó de cinco balazos en la cabeza a María Marta García Belsunce en el country Carmel, de Pilar.

Pachelo, el "sospechoso favorito" para la familia de la víctima, había puesto a su madre como protagonista de la coartada que ofreció para situarse temporal y espacialmente lejos de aquel episodio del country.

Era el cupón de su tarjeta de crédito por una compra en un local del shopping Paseo Alcorta, de la Capital, el que usó Pachelo como prueba de descargo. La certeza de que Ryan firmó aquel comprobante e hizo efectivamente una compra no admite cuestionamientos.

Sin embargo, tres chicos dijeron haber visto a su hijo en Carmel, muy cerca de María Marta, poco antes del homicidio. Y algunas llamadas telefónicas sitúan a Pachelo más cerca de la escena del crimen que de la Capital. Por ejemplo, entre una comunicación recibida por él y captada por una antena de celular de Pilar, y la hora en la que el sospechado dijo haber hecho una compra con su madre median sólo ocho minutos. Desandar el camino entre Carmel y Palermo en ese tiempo resultaría imposible.

Es por eso que lo que tuviera ella para decir o para callar sobre ese episodio cobraba suprema relevancia para la investigación del asesinato de María Marta García Belsunce.

Cierto es que, legalmente, una madre no es penalmente punible por encubrir a su hijo, si se creyera que éste pudo haber cometido un crimen. Pero igualmente cierto es que, llegado el momento, la Justicia podría haber tomado la decisión de citarla a declarar para que dé explicaciones.

Aunque el nombre de Nicolás Pachelo como presunto implicado en el crimen del country está instalado en el expediente desde hace cinco meses, la decisión tomada hace una semana por el juez de San Isidro Diego Barroetaveña de dejar en libertad a Carlos Carrascosa y sugerir que la policía -y no los colaboradores elegidos por el fiscal Diego Molina Pico- investiguen otras pistas distintas a las que conducían al viudo y a la familia de la víctima, tuvo como consecuencia natural que el hijo de Ryan quedase como sospechoso número uno.

Era esperable que otra madre -la de María Marta- pidiese, por medio de sus abogados, que las presuntas mentiras y contradicciones de Pachelo fuesen escrutadas minuciosamente. Así, más tarde o más temprano, los detectives hubiesen golpeado a la puerta de la casa de Silvia Ryan.

Dos de las tres cartas póstumas atribuidas a la mano de la mujer que murió ayer se refieren a la presunta inocencia de Pachelo. Pero eso nunca será igual a que ella hubiera dicho lo mismo, en vida y de viva voz.


Fuente

El drama que faltaba

El suicidio de Silvia Ryan, madre de Nicolás Pachelo, el hombre señalado por la familia de María Marta García Belsunce como posible responsable del crimen, tiñó el caso, una vez más, de ribetes trágicos. Que señalaran a su hijo y que en un programa de tevé cuestionaran su coartada habrían sido las gotas que colmaron el vaso. El juez Barroetaveña quiere que Molina Pico investigue a Pachelo. 

A Nicolás Pachelo (26), las historias se le repiten. Siete años atrás, en enero de 1996, su padre, el corredor de autos Roberto Pachelo, se suicidó en su casa de Villa Rosa. Algunos dicen que fue una muerte oscura que empezó con dos tiros y terminó con el incendio de su casa de Tortugas. El 29 de mayo de este año, fue su madre -Silvia Magdalena Ryan- la que se quitó la vida. Y, como si esto fuera poco, este suicidio se mezcla con otra muerte: la de María Marta García Belsunce. Nicolás Pachelo es, para la familia de la socióloga asesinada en el country Carmel, el principal sospechoso y su mejor coartada era justamente su madre. Es que, ante la Justicia, Pachelo juró haber estado con ella de compras en el shopping Paseo Alcorta. Un ticket firmado por Ryan sería la prueba.
Antes de matarse, Ryan dejó tres cartas. En una de ellas, la que está dirigida al fiscal Diego Molina Pico, dejó en claro: "Me mato porque mi hijo es inocente". Además acusaba del crimen a Horacio García Belsunce y calificaba a su familia como "mentirosa y poderosa". Cuando se enteró de la decisión de su madre, Nicolás dijo: "Si pensaban destruirme, ellos lo hicieron", haciendo clara referencia a los García Belsunce. Muchos piensan que el suicidio de la mujer podría complicar la causa. Sin embargo para Roberto Ribas, el abogado de Nicolás Pachelo: "La muerte de la señora Ryan es irrelevante para la causa penal". Pachelo, que fue a declarar voluntariamente y se ofreció para someterse a la prueba de ADN, no está imputado en el caso. Hasta ahora. Tal vez a raíz de la sugerencia del juez Diego Barroetaveña, el fiscal Molina Pico incluya su nombre en la investigación. Porque si algo le faltaba al caso que ya lleva ocho meses sin resolver, era otra muerte.

Perfil de "una mujer sufrida"

"Si había una mina que era buena, ésa era mi vieja", confesó Nicolás Pachelo. Y reveló algo más: hacía ya cinco meses que Silvia Ryan estaba bajo medicación, tomaba ansiolíticos y antidepresivos. "Estaba muy angustiada por el futuro de su hijo en la causa en la que se investiga el crimen de María Marta", explicó Ribas. Su estado se agravó cuando Carlos Carrascosa, el único detenido, quedó en libertad. Cuentan también que la deprimió aún más ver un programa del periodista Jorge Lanata, en el que se mostraban imágenes del frente de su casa. "Fantaseó con que había un complot en contra de su hijo. No aguantó más", sugiere Isabel Palacios, que cursó con ella el Bachillerato Bilingüe, en el colegio Michael Ham, en Vicente López (se recibió en 1966). En la tarde del jueves 29 de mayo, Ryan se encerró en su departamento de Av. Del Libertador 184, selló las puertas de ingreso con trapos y toallas, ató los picaportes y saltó desde el piso 11.
Silvia Ryan había nacido hace 55 años y era hija de un empresario de sangre irlandesa y de un ama de casa, que vivieron por muchos años en el barrio de Belgrano. Tenía una hermana, Lizzie. Sus amigas la recuerdan como una persona íntegra. Aseguran que no tenía perfil de suicida y, para quienes lo dudan, remarcan que no tomaba alcohol (laautopsia reveló que antes de quitarse la vida había ingerido whisky). El carácter fuerte y la racionalidad eran dos de sus características más salientes. "Era una mujer triste y muy sufrida", dice Palacios. "Desde chica lloraba por amores no correspondidos. Durante la secundaria estuvo muy enamorada de Alvaro Zorraquín, un muchacho de Tortugas que nunca la tomó en serio", recuerda esa ex compañera de colegio. Lo mismo parece haberle pasado con Roberto Pachelo. Muchas personas señalan, en voz baja, que el gran error de Ryan fue casarse con él. "El era un desbordado y tenía una vida terrible", opinó Palacios. El matrimonio duró poco: Pachelo la dejó por Jacqueline Barbará, una amiga de Silvia que había enviudado hacía muy poco y tenía un hijo pequeño.
Tras el divorcio, Ryan no rehizo su vida sentimental. Tenía varias amigas: muchas, del colegio. Otras, del Tortugas Country Club, y algunas que fue ganando del bridge, el mismo juego que apasiona a varios vecinos del Carmel y a Carlos Carrascosa. Pero de la gran cantidad de amigas que tuvo a lo largo de su vida, ninguna de ellas (y ni siquiera su hijo Nicolás o su hermana Lizzie) asistió al velorio. Su cuerpo estuvo solo en la casa funeraria de Avenida Córdoba y Thames.
Por más de quince años, Ryan trabajó como secretaria en una administradora de campos de Josefina y Fernando Demaría. Se ocupaba de la liquidación de sueldos y de los trámites bancarios. Dos años atrás, había decidido trabajar por su propia cuenta. A pesar de que ya no tenía un trabajo fijo, tenía buen pasar. Hacía manteles a pedido y obtenía dinero de una tosquera que había heredado de su ex marido. En ese emprendimiento, Ryan y Jacqueline Barbará eran socias.
Sus tres nietos eran su devoción: en una de sus cartas póstumas, le recomienda a su hijo que los cuide. Para Ryan, sin embargo, Nicolás era su mayor preocupación. Dicen que ya desde muy chico, Pachelito -así le dicen- se había hecho fama de "terrible". Cuentan que cuando el chico vivió con su padre, quiso incendiar la cuna de su medio hermano. Tenía sólo seis años. Ya de grande le siguió dando dolores de cabeza a su madre: Pachelo estuvo sospechado de vender palos de golf robados. También se cuenta que solía cambiar los precios de los productos en los supermercados. Y, en los tribunales penales de San Isidro tiene causas: dos por defraudación y una por daños. Para Ryan, que ahora hubieran culpado a su hijo por la muerte de María Marta García Belsunce habría sido demasiado.
A Fredriu Garmer, Mats Uyllenius y Roger Nilsson, el aspecto de turistas los delata. Rubios, altos y de ojos claros, acaban de llegar de Suecia. El cementerio de la Recoleta es parte del tour. Los suecos están frente al panteón de la Asociación Calpense de Socorros Mutuos, a escasos metros del Mausoleo de Domingo F. Sarmiento, porque vieron el revuelo de los medios: "¿Es alguna celebridad?", quieren saber. Alguien les habla de un crimen sin resolver, de una socióloga asesinada de cinco tiros que está enterrada en el otro extremo de ese cementerio, y de dos mujeres que se llevaron sus verdades a la tumba.

Extraña muerte de la madre de Pachelo


Extraña muerte de la madre de Pachelo, el vecino sospechoso. Se arrojó de un piso 11, en la capital federal. Dejó una carta. Abre muchos interrogantes.
Si algo le faltaba al caso García Belsunce era un suicidio. Ayer, la madre de Nicolás Pachelo, el vecino del country Carmel señalado por la familia de María Marta de ser el supuesto autor del crimen, murió al caer al vacío desde un piso 11, tras escribir una carta explicando su terrible decisión. Y ahora se abren muchos interrogantes que deberán ser esclarecidos por la Justicia. Anoche, el abogado de Pachelo, Roberto Ribas, dijo que la mujer, identificada como Silvia Ryan, no sufría de depresión ni estaba enferma y consideró que la culpa de lo ocurrido la tiene el caso por el asesinato de María Marta. "Esto es culpa de la causa García Belsunce, ella (por Ryan) estaba muy angustiada por las cosas que se decían. Imagínese, cómo iba a estar...!", manifestó el letrado. Ribas dijo además tener información sobre una carta que la mujer dejó a sus allegados para explicar las razones de su decisión, la que no habría sido hallada en su casa sino en otro lado.

EL MISMO FINAL TUVO EL PADRE La madre de Pachelo decidió aparentemente suicidarse, al igual que como lo hizo el 9 de enero de 1996 su esposo y padre del joven vecino, quien murió al pegarse un tiro en la cabeza, hecho por el cual, en un momento, su hijo fue denunciado como sospechoso. Finalmente esa causa se cerró como "suicidio". Una vez conocido el suicidio de Ryan, trascendió que la mujer sería la coartada más importante a favor de Pachelo en la causa en la que se investiga el asesinato de María Marta García Belsunce, debido a que el joven dijo cuando declaró como testigo que a la hora del asesinato estaba de compras con su madre. Poco después se supo que, en rigor, hacía referencia a la segunda esposa de su fallecido padre, quien lo crió desde chico. La muerte de Ryan fue informada a Pachelo pasadas las 16.30, tras lo cual el joven se hizo presente en el edificio situado en avenida del Libertador 185, en el barrio porteño de Retiro, según confirmó el abogado Ribas. De acuerdo a la información policial, Ryan murió al caer al vacío desde una ventana interna del departamento "A" del piso 11 de ese edificio. Concretamente, cayó en un patio interno del segundo piso, donde anoche trabajaban efectivos de la seccional 15º y peritos de la Policía Científica, bajo las órdenes de la jueza de instrucción 42, María Gabriela Lanz, quien se hizo presente en el lugar. Los voceros dijeron que todo indica que la mujer se suicidó, aunque aguardaban los resultados preliminares de los peritajes realizados en el lugar para establecerlo fehacientemente. Pese a las sospechas que existen sobre Pachelo, para el fiscal Diego Molina Pico el principal acusado sigue siendo el marido de María Marta, Carlos Carrascosa, quien actualmente goza de una "libertad restringida", pese a estar procesado con prisión preventiva por el delito de "homicidio calificado por el vínculo". Otros familiares están imputados de "encubrimiento".

EL SOSPECHOSO DE LA FAMILIA Desde el día que se estableció ante la Justicia que María Marta García Belsunce había sido asesinada de seis balazos en la cabeza, Nicolás Pachelo fue mencionado por la familia como el principal sospechoso del crimen. Para la familia de la mujer, sobran los motivos para considerar a Pachelo como el principal sospechoso, ya que, en sucesivas entrevistas, aseguraron que "mintió" al declarar sobre lo que hizo el día del asesinato. Es que de los análisis de llamados realizados por el vecino desde su celular el 27 de octubre último surgieron fuertes contradicciones con sus dichos ante la Justicia. El hermano de María Marta, Horacio García Belsunce, dijo que existen dudas respecto de su actividad el día del crimen, ya que mientras que el vecino asegura haber estado en la capital federal, existen llamados telefónicos que lo sitúan en inmediaciones del country. "Hay varias llamadas de su teléfono captadas por la celda de Pilar. Una a las 19.02 y otra a las 20.16 que hace al celular de su mamá, cuando supuestamente a esa hora estaban juntos en un shopping de la capital", precisó el hombre. Como se dijo, hace referencia a la madre de crianza y no a la mujer que se mató ayer. "Pero hay una -agregó- que es la que más lo complica, es la que recibió en su celular a las 19.32 y fue captada por la celda de Pilar". Según el hombre, esa llamada derriba la coartada de Pachelo, quien aseguró que a las 19.40 de ese día, es decir ocho minutos después, compró un juguete en un local del shopping Paseo Alcorta, cuyo comprobante presentó ante la Justicia. "¿Cómo hizo en ocho minutos para ir de Pilar, buscar a su madre en el centro, ir al Paseo Alcorta, estacionar el auto y comprar un juguete?", se preguntó el hermano de María Marta al sembrar sospechas sobre el vecino cuestionado.


jueves, 29 de mayo de 2003

Encontraron muerta a la madre de Pachelo

Silvia Magdalena Ryan, la madre de Nicolás Pachelo, el vecino del country Carmel de Pilar que está sospechado por la familia de María Marta García Belsunce del crimen de la socióloga, se suicidó esta tarde arrojándose de su departamento del barrio porteño de Retiro.
La información surgió de fuentes policiales y el abogado Roberto Ribas, defensor de Pachelo, confirmó esta tarde a la agencia DyN la versión inicial.
Según se precisó, el hecho ocurrió en un edificio de la Avenida del Libertador 184, cuando la mujer se arrojó al vacío desde el piso 11 "A", en el que vivía, en lo que la policía estableció, en principio, como un suicidio.
Entre las 15.30 y las 16, la mujer, de unos 60 años, se arrojó desde una ventana del sector interno y su cadáver quedó tendido en un segundo piso.
Las versiones indican que la mujer habría dejado una carta explicando por qué había tomado esta determinación, y se especulaba con que la situación de su hijo le habría provocado una profunda depresión.
Un vecino, llamado Javier, aseguró que en el momento de la caída se escuchó un gran estruendo. Y precisó que la víctima vivía sola, era una persona muy tranquila y nadie sabía que tenía relación sanguínea con Pachelo.
La División Criminalística de la Policía Federal se encontraba en la puerta del edificio a la espera de la orden del fiscal en turno para poder ingresar a la vivienda. Pachelo es un controvertido vecino del country Carmel, de Pilar, a quien la familia García Belsunce viene señalando como el principal sospechoso del crimen de María Marta.
El padre de Pachelo también había muerto años atrás en un aparente suicidio, según las versiones circulantes a partir de este episodio.


sábado, 24 de mayo de 2003

Carrascosa en libertad pero procesado


Satisfecho, sereno, con una sonrisa que asomaba apenas de sus labios, Carlos Carrascosa quedó ayer en libertad -aunque sigue procesado por ser presunto coautor del crimen de su esposa, María Marta García Belsunce- tras estar detenido durante 42 días. Caminó por las calles de Pilar, luego de depositar 100.000 pesos en efectivo como garantía de que no va a huir de la Justicia y de fijar domicilio en un barrio privado de Escobar.
Así lo decidió el juez de Garantías de San Isidro Diego Barroetaveña, al hacer lugar a un pedido de la defensa para "morigerar" la prisión preventiva del imputado y entender que en estas nuevas condiciones no hay riesgo de que el acusado evada a la Justicia.
La noticia estalló como un misil en la fiscalía de Pilar a cargo de Diego Molina Pico. Allegados al magistrado reconocieron que se enteró por televisión de la liberación del acusado. A media tarde, con un poco más de calma, desde ese mismo lugar se anticipó que la resolución de Barroetaveña es apelable y que Molina Pico lo hará. Eso sí, nunca antes del lunes, puesto que sólo ese día se notificará oficialmente de las novedades del caso.
Carrascosa, aunque libre, seguirá con prisión preventiva. Es decir que para la Justicia es igualmente sospechoso por el crimen de su mujer. Pero mientras cumpla con las condiciones que le fueron impuestas, no volverá a estar tras las rejas, al menos hasta que se lo enjuicie.
En la misma resolución el juez Barroetaveña abrió el juego: decidió que el fiscal de Cámara de Pilar Julio Novo le dé intervención en la investigación a la División Homicidios de la Policía bonaerense que, hasta el momento, nunca participó en el caso. Además exhortó al fiscal Molina Pico a que profundice otras hipótesis, lo que para la familia es una clara referencia a Nicolás Pachelo, un ex vecino de Carmel de quien sospechan.
En el mismo texto, el juez decidió además aceptar como parte querellante en la causa a la madre de María Marta García Belsunce, Luz Galup Lanús de Hurtig. Esto significa que, como damnificada por el asesinato, tendrá la posibilidad de pedir medidas de prueba para intentar que la investigación tome otros rumbos y no se ocupe, como hasta ahora, al entorno familiar. Su abogado es Adolfo Casabal Elía, que ya anticipó que su sospechoso preferido es el ex vecino de Carmel Nicolás Pachelo.
Los abogados José Licinio Scelzi y Marcelo Nardi, con su presentación ante Barroetaveña, realizaron una jugada tal vez peligrosa, pero que dio resultado: decidieron no apelar la prisión preventiva que había dictado el juez y en cambio solicitar una morigeración de las condiciones en que ésta debía cumplirse.

- ¿El no apelar implica reconocer la responsabilidad?
-No. La prisión preventiva es un estado provisional y con las pruebas que se incorporarán vamos a lograr que sea revocada en esta misma instancia, dijo Nardi a LA NACION.
Los letrados apelaron a los artículos 159 y 160 del Código Procesal bonaerense. Esa norma posibilita que el juez, por decisión propia o a pedido de la defensa, deje en libertad al acusado cuando hay garantías de que no va a perjudicar la investigación ni va a escaparse.
La decisión fue tan sorpresiva para el propio acusado como para el fiscal de Pilar Molina Pico. Allegados al fiscal dijeron anoche que cuando sean notificados de la resolución van a oponerse y se tomarán los plazos previstos para apelar la resolución.

DISCONFORMIDAD
No obstante que está prevista en el Código Procesal, algunos magistrados de San Isidro, en estricto off the record se mostraron disconformes con que Carrascosa haya quedado en libertad durante el proceso, dado que en un homicidio agravado por el vínculo -la eventual pena que podría recibir el acusado- es la de prisión o reclusión perpetua.
La libertad de Carrascosa comenzó a gestarse anteayer, cuando sus defensores pidieron ante Barroetaveña que se aligere su prisión. Lo consultaron antes con su cliente, que aceptó.
El juez decidió ayer concederle el beneficio. Citó, entonces, a Scelzi y a Nardi a su despacho. A las 13 llegó Carrascosa en un patrullero. Frente al secretario Nicolás Ceballos el juez le dijo que iba a quedar en libertad. El acusado se abrazó con sus letrados. Luego siguió con los trámites legales: constituyó domicilio en un barrio privado de Escobar y se comprometió a presentarse del 1° al 5 de cada mes en la fiscalía de Pilar.
Sus abogados reunieron los 100.000 pesos en efectivo de la caución y los depositaron en el Banco Provincia, situado en el mismo edificio de tribunales.
Desde allí fue llevado hasta la DDI de Pilar. Espero 50 minutos en una habitación con las paredes descascaradas hasta que se comprobó que no tenía otros pedidos de captura. Después bajó las escaleras y caminó en libertad por las calles de Pilar, con el mismo suéter azul que vestía el 11 de abril último, cuando fue detenido.

viernes, 23 de mayo de 2003

Carrascosa recuperó la libertad

El viudo de la víctima salió de prisión por decisión del juez Diego Barroetaveña, luego de hacer efectiva una caución de 100.000 pesos.

Carlos Carrascosa recuperó la libertad esta tarde luego de hacer efectiva una caución de 100.000 pesos para que su prisión preventiva quede morigerada, informaron a fuentes policiales. El viudo de María Marta García Belsunce, acusado de homicidio calificado, salió de prisión por disposición del juez de Garantías Diego Barroetaveña. Al retirarse de la Subdelegación de Investigaciones de Pilar y consultado por la prensa sobre cómo se sentía, el esposo de María Marta sólo sostuvo: "Muy bien, nada más, gracias". Sus abogados, Marcelo Nardi y José Scelzi, lo acompañaban para llevarlo hasta el lugar donde deberá residir a partir de ahora, hasta que llegue el juicio oral y publico, pero no quisieron revelar dónde vivirá a partir de ahora para preservar "la intimidad". El letrado José Scelzi explicó a LA NACION LINE que "la medida implica la recuperación de la libertad bajo caución real, es decir, el imperativo de que Carrascosa deposite la suma de 100.000 pesos".

Fuente

Señor Director:

"El fenómeno por el cual las personas solemos instalar una idea o un hecho fantaseado en el cerebro dándole entidad de auténtico, se llama «metadiégesis».

"Así, en el caso de que, por ejemplo, me preguntaran si vi a alguien en determinada confitería –más aún si la persona es habitué del lugar–, en determinada fecha y hora, podría responder que sí, en función de incurrir en metadiégesis. Y sostenerlo vehementemente de buena fe. Porque si lo creo, lo sostengo inclusive hasta con detalles anexos, como que bebió café y un licor.

"Estas consideraciones las hago para situar en la hipótesis las declaraciones de quienes afirman que Carlos Carrascosa estuvo en el bar del club house de Carmel, mientras muchos otros sostienen que se mantuvo viendo un partido de fútbol a cuatro cuadras de su hogar, como declara el imputado. Sirva de reflexión, o no, este aporte a la misteriosa causa de la muerte de María Marta García Belsunce."


Lila Díaz D’Onofrio


Esta carta fue publicada el 23 de mayo de 2003 en el diario "La Nación"

Declaración testimonial de Alba Benítez


jueves, 22 de mayo de 2003

Otro accidente en el baño


El fiscal de Pilar Diego Molina Pico evalúa con detenimiento un nuevo dato que, eventualmente, podría ponderar para intentar explicar, según su visión del caso, cómo pudo Carlos Carrascosa convencer a sus más cercanos familiares de que su esposa, María Marta García Belsunce, había sufrido un mortal accidente en la bañera cuando, en realidad, había sido asesinada de cinco tiros en la cabeza.
El nuevo dato configura una situación de tipo espejo, y surgió de las entrevistas que mantuvo con los psiquiatras durante los peritajes de rigor, a los que el viudo fue sometido luego de su detención: la propia madre de Carrascosa sufrió un accidente en la bañera, se golpeó la cabeza con los grifos y las secuelas de esa lesión le provocaron la muerte, 12 años atrás.
Fuentes de la Procuración bonaerense dijeron a la agencia Télam que aunque aún es "un dato suelto", la circunstancia "llamó la atención" del fiscal. El propio Carrascosa refirió el caso ante los peritos. Dijo que su madre, María Teresa Gaitán, murió a los 83 años, cuando debió ser operada por un coágulo cerebral que se le formó dos años antes, por una caída en el baño.
El dato admite, según allegados a la causa, dos lecturas igualmente válidas, aunque no necesariamente ciertas: una, que aquel antecedente hubiese servido de "base" para la explicación que el viudo dio luego de hallar a su mujer muerta en la bañera; la otra, que la trágica muerte de su madre en el baño, años atrás, llevara a Carrascosa a creer que la fatalidad había vuelto a golpear en su vida.
Allegados al esposo de María Marta dijeron a LA NACION: "Carlos perdió a las dos mujeres que más amó en un baño. Es una desgracia y en diálogos familiares se mencionó aquel antecedente como uno de los elementos que nublaron la comprensión del Gordo, que lo llevaron a no preguntarse nada, como si no le quedara más que resignarse ante el peso de su propia historia".
Consultado por LA NACION, el defensor del viudo José Scelzi dijo que prefería no hablar sobre tales circunstancias, y adelantó que hoy apelaría la prisión preventiva de Carrascosa. Pero no evitó criticar a quienes "usan la información de forma parcializada, direccionada de tal modo que siempre lesionan el honor de las personas mencionadas".
Scelzi agregó que en un proceso penal lo que se toma en cuenta es la conclusión a la que arriba el perito, y no el contenido formal de las entrevistas con el imputado, sujetas a la regla del secreto profesional.

Declaración testimonial de Gerardo Oberndorfer


miércoles, 21 de mayo de 2003

Apelan la prisión preventiva a Carrascosa

Los abogados defensores de Carlos Carrascosa, detenido por el crimen de su mujer, María Marta García Belsunce, apelarán hoy la prisión preventiva del acusado, mientras se conoció un nuevo testimonio de un médico forense que benefició la posición del viudo.

Los abogados José Licinio Scelzi y Marcelo Nardi preparaban anoche la apelación de la prisión preventiva que presentarán hoy ante el juez de San Isidro Diego Barroetaveña para que la Cámara de San Isidro revise la decisión.

Los letrados tienen plazo hasta pasado mañana para hacer su presentación ante el tribunal, que integran los camaristas Fernando Maroto y Emilio Rodríguez Mainz.

Mientras sigue la batalla legal, el expediente incorpora nuevos elementos. Ayer se conoció el testimonio que brindó el médico Héctor Moreira, quien, junto a Carlos Alejandro Flores, realizó la autopsia que reveló que la mujer había sido asesinada de cinco balazos.

Frente al juez de instrucción porteño Julio Lucini, que investiga las supuestas irregularidades en el acta de defunción de la víctima, Moreira respaldó los dichos de Flores, en el sentido de que "desde su impresión profesional, los orificios de bala no presentaban pegamento y que no era posible a simple vista descubrir la existencia de las heridas de bala", indicaron las fuentes.

"Si hubiera habido pegamento, lo hubiéramos hecho constar en la autopsia", dijo el médico al juez.

Paralelamente, expertos forenses trabajaron ayer para completar los estudios genéticos de los rastros de sangre hallados en la escena del crimen.

Mientras se termina este trabajo, que puede finalizar pasado mañana, siguió la controversia sobre las conclusiones parciales de esos estudios. Eduardo Raimondi, perito de parte de Carrascosa y director ejecutivo de la Fundación Favaloro, insistió en que "es una cretinada" hablar de rasgos de cosanguinidad entre esos elementos y la víctima, como dejaron trascender fuentes judiciales.


Fuente

martes, 20 de mayo de 2003

Declaración testimonial de Luis Gotellli


Causa García Belsunce - Libro 12


Controversia por un peritaje genético

Conclusiones parciales de un peritaje de ADN sobre evidencias halladas en el chalet del country Carmel, de Pilar, donde fue asesinada María Marta García Belsunce, generaron anoche una controversia entre allegados al fiscal Diego Molina Pico, que investiga el crimen, y expertos contratados por la familia de la víctima.

Anoche, fuentes de la Procuración General bonaerense dijeron a LA NACION que el Molina Pico ya cuenta con un sobre lacrado "firmado por representantes de la defensa", que contiene la información genética de una mujer que estaba en la escena del crimen, junto a la víctima. Y agregaron que, además, los rastros de ADN revelan su pertenencia a dos hombres, uno de los cuales podría tener una relación de consanguineidad con la víctima.

Sin embargo, José Licinio Scelzi, abogado del marido de la víctima, Carlos Carrascosa, desmintió que sus expertos hubieran firmado un sobre con el contenido del patrón genético y dijo que ese trabajo aún se está realizando.

El perito de parte de la familia Eduardo Raimondi, director ejecutivo de la Fundación Favaloro, dijo terminante a LA NACION: "La única conclusión que firmamos el viernes último los tres peritos de parte y la perito oficial María Mercedes Lojo, luego de una reunión de cinco horas, es que en los materiales analizados se hallaron varios patrones genéticos mezclados, que determinan pertenencia a la víctima y a dos hombres. Pero debajo de uno de los cromosomas masculinos puede esconderse uno femenino, por eso se va a ampliar para identificarlo".

Agregó que ese análisis se va a relizar hoy en La Plata con reactivos que aportará la Fundación Favaloro, y con la presencia de un perito de esa institución, en una junta que comenzará a las 10.

"No podemos decir que hay un patrón femenino en un sobre lacrado", dijo Raimondi; también enfatizó que especular con la posibilidad de una eventual consanguineidad "es una irresponsabilidad tremenda, cuando no se hicieron esos estudios. Nunca fue discutido ese punto y si esos estudios se realizaron, no fue en presencia de los peritos de parte".


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