Web Toolbar by Wibiya Caso García Belsunce: septiembre 2014

domingo, 28 de septiembre de 2014

La "ley Carrascosa"

Acusado en su momento de homicidio, en enero del 2003 fui detenido 42 días en la DDI de San Isidro por una serie de indicios que lo presumían, ya que suponían que yo mentía. El tema de base era que yo decía que estaba en lo de Bártoli y el fiscal que estaba en el Club House, nunca en el lugar del hecho.
El juez de garantías en esos días comprobó mi verdad, pero actuó cauto y me dio la libertad morigerada. Recién un año después me sobreseyó.
Un payasesco camarista ordenó mi detención ante la apelación del fiscal, arrogándose con su sola firma la representación de la Cámara de San Isidro.
Este hecho inédito provocó que sus pares lo echaran, mi detención quedo sin efecto y este señor, para beneficio del resto de la sociedad, en su casa.
Meses después la Cámara de Casación ordenó revisar y se elevó a juicio la causa con una acusación sobre mí, que también salió de lo normal porque fue por homicidio y si no alcanzaba, por encubrimiento.
En todo ese camino que fui recorriendo siempre a derecho, en libertad, pese a la expectativa de ser condenado a cadena perpetua; la sociedad, los medios, y sobre todo el fiscal; pedían a gritos como prueba fundamental, la extracción de sangre para comprobarla con las tres muestras de ADN que se habían podido levantar en la escena del crimen.
Una vez que estuvieron las garantías necesarias, di mi sangre, y como era de esperar dio negativa. A partir de allí esa prueba fundamental, dejó mágicamente de tener importancia...
Es que la ley Carrascosa es distinta a todas, en cualquier otra causa como vemos todos los días por televisión, con el ADN negativo se excluye al acusado.
Inéditamente libre, y también eso hay que decirlo, concurrí todos los días con mi auto al juicio durante los cinco meses que duró, pese a como dije antes, se había pedido mi condena por encubrimiento o por homicidio.
Llego el fallo, absuelto de homicidio por unanimidad y condenado por mayoría por encubrimiento. Acá nuevamente la ley Carrascosa se aplicó ya que, pese a no tener sentencia firme, se ordenó mi detención... La sociedad tenía que verme esposado, y así fue.
Treinta y cinco días estuve acá en Campana, era el único preso por encubrimiento sin condena firme que había entre los quinientos presos de la Unidad cuarenta y uno.
Salí y cumplí a rajatabla todas las presentaciones y pedidos de autorizaciones durante todo el tiempo que goce de esa libertad condicional.
El fiscal había apelado mi absolución y dos años después, sin prueba nueva, solo dando crédito a una nueva historia planteada por el fiscal, la Cámara de Casación dio vuelta esa absolución y me condenó. Una nueva aplicación de la ley Carrascosa, no existen antecedentes de una resolución así, y no es función de esa Cámara condenar.
Y nuevamente preso y sin sentencia firme.
Pareciera que todos los casos que escucho en donde los condenados en primera instancia siguen libres por su conducta a derecho, no fueran antecedentes para mi persona. Es como si la ley Carrascosa estuviera por encima de la Constitución Nacional. Y miren que estuve libre sin ninguna acusación cuarenta y dos días antes de la autopsia y dando vueltas libre durante siete años, y nunca se me ocurro fugarme.
Soy inocente y acá seguiré peleando por mi inocencia y por saber quién mato a María.

Bien podrá el lector decir: ya está preso, esto termina ahí. Lamento decirles que no.
Apelé a la Corte bonaerense y en un raro "no admitimos el recurso" no fueron al fondo de la cuestión, pese haber hecho una presentación por derecho propio. Que dijeron?, otra aplicación de la ley Carrascosa: que yo tenía un abogado defensor que había hecho mal la presentación y entonces la mía no la tomaban en cuenta.
Tres años tardaron para contestar eso... podrían haberlo dicho antes, más pensando que yo estaba preso.
Hay otra ley que dice que no se puede tener detenido a una persona más de tres años sin sentencia firme, salvo que la peligrosidad de la persona así lo requiera. No era mucho el trabajo el que se tenían que tomar, era solo venir a la unidad y hablar con todos los vigilantes que se les ocurra para comprobar, no sólo que mi grado de peligrosidad es nulo, sino que además por mi estado físico no puedo llegar muy lejos, sumado al reconocimiento de cualquier persona que tenga televisión en La Quiaca o en Tierra del Fuego. Donde quieren que escape?, ni el pasaporte tengo vigente, todo vencido, hasta el registro para conducir.
Toda esta aplicación de mi propia ley, me fue desgastando físicamente y comencé a padecer problemas de salud que gracias a Dios el Tribunal procedió a admitirme me sean tratados en forma particular a través de mi obra social, ya que la atención medica carcelaria es lamentable y empeora día a día ,como también leemos todos los días en los medios lo que pasa en los hospitales.
Comencé por esa circunstancia a pedir arresto domiciliario, y siempre se me negó con la excusa de que iba hacer lo que nunca hice: fugarme... La ley Carrascosa en plena vigencia.
Leo todos los días arrestos domiciliarios inéditos de gente peligrosa realmente por enfermedades menores y pienso ,claro ,se llaman José Pirulo, pobre gente, no tienen una ley propia como yo.
Y las cosas que ordenan para que yo pueda cumplir con mi ley. Ustedes saben que mi celda es la única con timbre que hay creo en toda la Argentina? Sí tengo timbre, por mi dificultad respiratoria y la eventual necesidad de atención médica. Si lo aprieto aparecen veinte guardias pensando que hay un motín en el pabellón, pero no viene ningún médico. No es una irrealidad, toqué sin querer y ese fue lo que pasó.
Y también me instalaron un bipap para dormir en las noches y suplir el riesgo de las apneas del sueño. Una especie de terapia intermedia... todo para no mandarme a mi domicilio como marca la ley de los presos comunes que no tiene la suerte de tener una ley propia como tengo yo.
Pero esto no es todo.
No sé si estarán muy al tanto de las leyes humanitarias que permiten visitas a familiares enfermos, velorios, entierros e incluso a eventos como casamientos, nacimientos ,etc. Porque esta ley propia que me rige, no me permitió que pudiera ver a mi hermana en sus últimos días ni asistir a su entierro.
Y hoy, en plena vigencia, no me permite ver a uno de los pocos familiares cercanos que me quedan, acá nomas, a veinte kilómetros, y pese a que el tribunal así lo ordeno. Cuando durante estos más de cinco años que llevo detenido injustamente, he concurrido más de veinte veces a los tribunales, me han internado ocho veces en hospitales y sanatorios, y nunca ni me intente fugar, ni apareció ningún periodista en el lugar, ni piquete de gente que vociferara en contra mío, y lo que es más importante: ningún periodista que dijera que tengo un beneficio que altere las reglas comunes de todo preso.
La conclusión es como me dijo ayer un subdirector de la Unidad: usted sabe que no es un preso común, por eso hoy por hoy el Servicio no autoriza la visita.
Seguirá la ley Carrascosa en vigencia?
Abrazo
Carlos Carrascosa

jueves, 25 de septiembre de 2014

La única prueba

Un crimen impune y una prueba fundamental que fue abandonada porque no incriminaba a la familia. Sepan la verdadera historia de los ADN de esta causa.






lunes, 22 de septiembre de 2014

Las vigas del baño

Alguien dijo por ahí que María Marta había "rebotado" por el baño... además de una falta de respeto es una demostración de ignorancia absoluta. Miren lo que son estas vigas del techo, que en su parte baja se encuentran a menos de un metro de altura, y justamente en una de ellas se encontraron rastros de sangre cuyo ADN dio como resultados dos perfiles masculinos, uno de los cuales está mezclado con el ADN de María Marta en la antesala.