SR. Ministro de Justicia de la Provincia de Buenos Aires
DR. Gustavo Ferrari
Soy Carlos Carrascosa, viudo de María Marta García Belsunce.
Me dirijo a ud. con todo respeto reclamando por la situación por la que estoy pasando.
Primero que nada le quiero decir, que luego de un juicio penal por homicidio y si no alcanzaba por encubrimiento, el tribunal 6 oral de San Isidro me absolvió de homicidio, luego de 5 meses de juicio con 150 testigos de los cuales nadie me acusó. Es más, hay pruebas científicas que prueban que mi mujer había fallecido 40 minutos antes de que yo llegara, así lo dice el médico Moreira, jefe de la Asesoria Pericial de San Isidro, en el juicio posterior que se le hizo a mis parientes y amigos.
Nunca se trató ese tema en mi juicio, solo se vio la autopsia, la cual por supuesto me negué a ver. Por algo en mi juicio el fiscal no llamo a declarar a ese médico, que fue el que realizó la autopsia, ya sabia lo que iba a decir.
Contradiciendo todos esas pruebas científicas, el V.A.I.C. del llamado a mi casa, que escucha Ortiz, y por su handy, todo el resto de los vigiladores del Carmel se enteraron que era de la guardia a casa avisando que estaba la masajista entrando, sumado al informe del médico, más la contradicción de la masajista entre su declaración testimonial a los pocos días de la muerte de María y lo que declaró en el juicio de mis parientes. Todo eso cierra un circulo vicioso de alguien que quiere tener a una persona presa sin ninguna prueba en su contra, ya que como expresé antes, llegue a mi casa 40 minutos después que mi mujer había fallecido.
Todo este disparate de cubrirse unos a otros, hizo que el fiscal Molina Pico, que no cumplió su función de parar el velatorio como era su obligación, cuando vino a casa, por que nosotros lo llamamos; ni ninguno de los médicos envió el código azul, que es su deber ante una muerte dicha violenta, ya que creíamos que había sido un accidente.
Todo esto hizo que el fiscal Molina Pico, al apelar mi absolución sobre el homicidio, inventara una historia en la cual cambia horarios, ignora al médico forense, y fija horas de la muerte que no tienen nada que ver con la realidad, y esta historia fue tomada como la válida por los jueces de Casación (Sal Llargués, Piombo, Natiello), los cuales sin prueba nueva y en una función que no les corresponde, dieron vuelta el fallo a CULPABLE.
Apelé a la Corte Provincial y se tomaron 3 años para decir que estaba mal presentado por mi abogado, cuando leyendo la primer hoja ya lo hubieran podido decir si así lo creían.
Ante esto apelo a la Corte Nacional y ésta el 5 de diciembre del 2014 ordenó la revisión completa de mi causa.
Ya llevo 7 AÑOS preso, cinco y medio en la 41 de campana y 14 meses en lo de un amigo con pulsera y una caución de $1.000.000 que, como NO los tengo se los debo a mis amigos, y Casación que es quien tiene que revisar seriamente la causa, aún no han logrado formar un tribunal independiente, de acuerdo a la orden de la Corte Nacional, que pide sean jueces que no hayan tomado parte ni que hayan dado opinión sobre el caso.
No soy un pibe, tengo 71 años, y me mantengo a 8 pastillas por día, una especie de terapia intermedia en la que vivo, y con la espada de Damocles de esa acusacion inédita.
Como veo sus tiempos es que los quiero llamar a la reflexión y lograr que de una vez por todas, me den la segunda instancia, para defenderme de esa acusación que llevo sobre mis espaldas hace ya 7 años.
Además pienso que luego de 3 años de estar preso sin sentencia firme, me correspondería la libertad, la cual ya se me negaron en varios Habeas Corpus presentados.
Así no es la justicia que dijo nuestro presidente en el congreso, porque "la justicia lenta ,no es justicia".
Esperando una resolución rápida, como así ordenó la Corte Nacional.
Lo saludo atentamente.
Carlos Alberto Carrascosa