Querida María Marta:
Todos los días me acuerdo de vos, pero hoy mucho más porque te siento tan cerca como antes. Es tu cumpleaños y, si bien ya no estás con nosotros, te imagino como entonces, con todos los preparativos para el festejo en familia.
Pero hace tiempo que te fuiste, en realidad te apartaron de nuestro lado por la fuerza. Alguien se llevó tu vida para siempre y nos dejó un vacío que aún hoy, casi doce años después, duele como el primer día... es un hueco en el alma que nos sigue ahogando el corazón. Pero hay que ser fuerte, en ese momento te prometí que movería cielo y tierra para atrapar a las personas que te habían hecho eso, a tus asesinos... pero aún, y a pesar de tantos años, no he podido cumplir. La justicia miró para otro lado y en lugar de investigar las pruebas que había, condenó a toda la familia sin nada... Al dolor de tu pérdida irreparable debimos sumar la impotencia de la impunidad, y el calvario de la injusticia...
Vos luchaste hasta el último minuto por defenderte, y nos dejaste rastros de sangre de tus agresores mezclados con tu misma sangre. El último acto de tu vida fue como tu vida entera: valiente y heroico. Nos dejaste la prueba más importante: la identidad de tus asesinos. Siempre habías luchado contra las injusticias, y hasta con tu último aliento te jugaste para que esto no quedara impune, nos mostraste el sendero hacia la verdad. Sin embargo, aún no sabemos quién fue, la justicia no quiso seguir aquel sendero... Para lo único que utilizaron esos ADN fue para compararlos con nosotros, tu familia; y algunas personas del lugar. Cuando los resultados dieron negativos dejaron de investigarlos... ¿Cómo se supone que debo interpretar esto? ¿Todos decían que esta prueba era la más importante, y de pronto dejó de serlo? ¿Acaso, como no era de la familia no servía? ¿El único objetivo de la justicia era condenar a nuestra familia en lugar de hacer justicia por vos? Aún hoy están esas muestras esperando que alguien se digne a investigarlas, porque hubo gente que simplemente se negó y la justicia no hizo nada al respecto. Yo sigo insistiendo, con las pocas fuerzas que me quedan, en que esa prueba se realice. Y estuve convocando gente por el blog y las redes sociales para que me ayudaran, les pedí por favor que no prejuzguen, que no se dejen llevar por los rumores y por toda clase de calumnias que circulan por ahí. Les pedí que me creyeran como tu hermana mayor, la que te cuidó de chiquita, la que compartió con vos juegos y travesuras, la que estuvo en las buenas y en las malas, y que entregaría su vida por darte justicia.
Nos queda poco tiempo, y estos meses son decisivos porque esos criminales están haciendo lo imposible para que todo quede así, para que nunca se sepa la verdad; pero Dios está de nuestro lado porque Él lo ve todo, y sé que no nos va a abandonar. Sólo Él sabe lo que luché durante todo este tiempo, las veces que grité a los cuatro vientos reclamando justicia... también sabe la cantidad de insultos y barbaridades que tuve que soportar por parte de algunas personas y de ciertos medios de comunicación. Tantas mentiras se dijeron, muchas novelas que se inventaron con el único fin de que fuera una historia atractiva para la sociedad. Después de todo este tiempo, y ya con la causa completa publicada en internet, hay gente que sigue repitiendo las mismas historias fantasiosas de aquellos días. Siempre habrá gente que habla por hablar, y que repite sin saber; pero también hay otra gente que se compromete con la verdad, gente que lucha por sus ideales, que son valientes y que no se dejan llevar por rumores... a esa gente voy a hablarles, a ellos voy a decirles que necesito de su fuerza, de su capacidad para a alcanzar imposibles. Esa gente es la que hace la diferencia, la que logra los milagros... ellos van a ayudarme a mover esta montaña de injusticias, prejuicios y calumnias, y van a acompañarme en el camino hacia la verdad, porque la verdad es una sola y el mundo entero la está esperando.
Hermana querida, fuiste un ser humano excepcional, dedicaste tu vida a ayudar a otros... es justo que ahora los demás te ayudemos a vos. Prometo dejar mi propia vida en esta búsqueda, para que cuando nos encontremos nuevamente podamos abrazarnos como antes, felices y en paz.
Te quiero y te extraño muchísimo!!!
María Laura García Belsunce
24 de abril de 2014