Web Toolbar by Wibiya Caso García Belsunce: marzo 2007

viernes, 23 de marzo de 2007

Fiscales enfrentados


Mientras dos nuevos testigos comprometían la coartada de Carlos Carrascosa en el juicio oral que se sigue en su contra por su presunta responsabilidad en el homicidio de su esposa, María Marta García Belsunce, una reacción del fiscal Diego Molina Pico en la sala de audiencias puso al descubierto una fractura en el grupo de representantes del mi- nisterio público encargados de acusar al marido de la víctima.
"Es poco común que la fiscalía esté en una situación como ésta. Es incómodo. Lo dije en la primera audiencia: quien iba a llevar adelante el debate iba a ser yo. Y, según la resolución de la fiscalía general, los otros fiscales iban a coadyuvar. Las preguntas que está haciendo mi colega ya fueron contestadas", expresó Molina Pico ante la sorpresa los jueces, abogados y periodistas que estaban en la sala de audiencias del segundo entrepiso de los tribunales de San Isidro.
Luego de escuchar la queja de Molina Pico contra su colega Diego Grau, la jueza María Angélica Etcheverry preguntó si quería seguir interroganado a la testigo. Entonces, Grau dijo que no haría más preguntas y no volvió a hablar durante el resto de la audiencia.
El cuerpo de María Marta fue encontrado el 27 de octubre de 2002, en su casa del country Carmel, de Pilar. En principio, la familia dijo que la vicepresidenta de Missing Children Argentina había muerto al golpearse la cabeza cotra la bañera.
Pero la autopsia realizada un mes después determinó que, en realidad, había sido asesinada de cinco balazos en la cabeza. Según lo declarado por varios testigos durante la instrucción, Molina Pico estuvo en el velatorio realizado al día siguiente del crimen y vio el cuerpo de la víctima en la cama, pero, en ese momento, no ordenó la autopsia.
La reacción de Molina Pico durante la audiencia de ayer se produjo cuando declaraba la testigo Claudia Narciso, quien el día del crimen de García Belsunce fue a buscar a su hermana Cintia al restaurante club house del country Carmel, pero no pudo precisar a qué hora lo hizo, ni si vio allí a Carrascosa, como declaró anteayer Alba Benítez, la encargada del local.
La declaración de Narciso sirvió para confirmar los dichos de Benítez, quien había afirmado que, minutos antes del hallazgo del cuerpo de María Marta, tomó un café con Carrascosa en el club house. El testimonio de Benítez fue refirmado en la audiencia de ayer por el mozo Gerardo Oberndorfer y por el ayudante de cocina Javier Castro (ver recuadro).

MALESTAR
El malestar de Molina Pico con sus colegas no era nuevo, pero estalló ayer.
Todo comenzó hace cuatro meses cuando el fiscal general de San Isidro, Julio Novo, designó al mencionado Grau y a los fiscales John Broyad y Ariel Apolo para que ayudaran a Molina Pico en el juicio.
Pero el 20 de febrero pasado, en la primera audiencia del juicio, Molina Pico se distanció de sus compañeros y destacó que sería él quien dirigiría los interrogatorios de los testigos y la acusación contra Carrascosa.
En definitiva, ayer, en la sala de audiencias se reflejó lo ocurrido durante poco más de un mes de debate. Por momentos, se advirtió que Molina Pico daba la espalda a sus compañeros y no permitía que participaran en la confección de la lista de testigos.
Este hecho constituyó un claro indicio de la falta de confianza del fiscal instructor hacia sus colegas quienes no compartirían la hipótesis de Molina Pico sobre que el móvil del crimen de García Belsunce habría sido el supuesto vínculo de uno de los integrantes de su entorno con el lavado de dinero proveniente de la banda de narcotraficantes mexicanos conocida como el Cartel de Juárez.
Dicha hipótesis tuvo un duro golpe un mes antes del comienzo del juicio cuando el Tribunal de Casación Penal bonaerense sobreseyó a Nora Burgues de Taylor, la vecina de la víctima que estaba acusada de encubrimiento.

martes, 20 de marzo de 2007

Declaraciones en contra de Pachelo

Los testigos que comenzaron ayer a declarar en el juicio contra Carlos Carrascosa por el homicidio de su mujer, María Marta García Belsunce, lograron hacer mella en la coartada del acusado, pero también pusieron cerca de la escena del asesinato al ex vecino del country Carmel, considerado por la familia de la víctima el sospechoso número uno.
Visiblemente nerviosos, los primeros fueron Arturo Campos, casero de la familia Binello, vecina de María Marta en el country de Pilar, y Teresa Castagna, que cocinaba allí los domingos.
Campos, fiel empleado de la familia durante 24 años, declaró que al mediodía del 27 de octubre de 2002, horas antes del crimen, estaba arreglando una bomba de agua en el quincho donde almorzaban los Binello y sus hijos, la novia de uno de ellos, y Carlos Carrascosa y su mujer.
Teresa Castagna, en tanto, recordó ayer que les había preparado milanesas y tarta de hongos secos. Muy nerviosa, la señora detalló quiénes estaban sentados a la mesa. "Mi patrón se sienta siempre en el mismo lugar", dijo, para referirse a Binello. A Carrascosa lo ubicó en la cabecera de la mesa. "Es su lugar", recordó.
Ante las insistentes preguntas del fiscal John Broyard, la mujer admitió que no había visto durante el almuerzo o en la sobremesa a Guillermo Bartoli, cuñado de la víctima. El defensor de Carrascosa, Hernán Ferrari, se había esforzado para que quedara asentado que la mujer no lo recordaba. Finalmente, la defensa trató de establecer que el marido de Irene Hurtig pudo haber entrado sin que la cocinera lo viera*.
El asunto es clave porque Bartoli primero declaró haber participado de ese almuerzo y después, en su indagatoria, dijo que estuvo durante la sobremesa. Pero la señora que sirvió la comida no ubicó en ese lugar al cuñado de María Marta, que está procesado por el delito de encubrimiento, pero no es juzgado en este juicio.
Carrascosa, durante la instrucción del caso, también había declarado que había estado con él en el almuerzo y que minutos antes de que apareciera el cadáver de su esposa estuvieron mirando juntos un partido de fútbol por televisión. Una "coartada mutua", según el fiscal Diego Molina Pico.
El resto de los testimonios ayudaron a establecer qué hizo María Marta antes de morir. Jorge García Zavaleta y su novia de entonces -ahora, esposa-, Mariana Ayerza Pereyra Iraola, recordaron que aquella tarde, alrededor de las 4, jugaron al tenis con otra pareja amiga en una de las canchas del Carmel, y que a su lado habían hecho lo mismo María Marta con su amiga Viviana Binello. Jugaron hasta que empezó a llover y la pelota no picaba.

LA ACUSACIÓN ALTERNATIVA
Completaron el relato tres chicos, los últimos que vieron con vida a la víctima a excepción de los asesinos. Pusieron cerca de la escena del crimen a su ex vecino Nicolás Pachelo.
Santiago Asorey, hoy de 19 años, recordó que aquella tarde, amargado por la derrota de River ante Boca por 2-1, volvía a su casa desde el club house infantil con dos amigos cuando vio a Pachelo con la cabeza cubierta con la capucha de un buzo y trotando bajo la lluvia. A los pocos segundos, según dijo, María Marta los pasó en bicicleta.
Lo mismo declaró su amigo Pedro Azpiroz Achával. Pachelo y María Marta, según explicó, estaban en la misma cuadra, de unos 75 metros de largo, a unos doscientos metros de la casa donde ocurrió el crimen. Y Marco Cristiani dijo que sólo llegó a ver a Pachelo.

ADN PARA TODOS
Ayer, cuatro familiares directos de la víctima (su hermano Horacio García Belsunce, sus medio hermanos John e Irene Hurtig, y Bartoli) se sometieron en La Plata a extracciones de sangre para cotejar su ADN y con el de los rastros hallados en la escena del crimen.
Proclamaron su inocencia y aseguraron que el asesino está en la causa y que accedieron a hacerse el estudio porque ahora están dadas las garantías para que se comparen sus patrones genéticos, que estarán listos dentro de unos 20 días.


lunes, 19 de marzo de 2007

Testigos vieron a María Marta por última vez

El tribunal que lleva adelante el juicio por el asesinato de María Marta García Belsunce comenzará hoy a escuchar a los primeros testigos del debate que tiene al marido de la víctima, Carlos Carrascosa, como único acusado.
Si bien para evitar el asedio periodístico hacia la gente que debe declarar el tribunal decidió que la lista de los testigos convocados se informará a la prensa una hora antes de cada audiencia, fuentes judiciales informaron que las tres personas que jugaron al tenis con María Marta la tarde en que la mataron serían las primeras en presentarse en los tribunales de San Isidro. Además de las dos mujeres y el hombre que, en la tarde del 27 de octubre de 2002, estuvieron con María Marta hasta que el partido de tenis se suspendió porque comenzó a llover, también declararán hoy tres jóvenes que en la época del crimen eran menores y que hoy tienen 18 años.
Por motivos enfrentados, los tres adolescentes fueron considerados testigos importantes tanto por los fiscales Diego Molina Pico, John Broyad, Diego Grau y Ariel Apolo y por los defensores de Carrascosa, Hernán Ferrari y Alberto Cafetzoglus. Esos chicos se cruzaron, minutos después de las 18, en las calles del country Carmel con María Marta, cuando regresaba a su casa en bicicleta. Ella había estado en la casa de su hermana, Irene Hurtig, y su cuñado Guillermo Bártoli, donde habían mirado el partido entre River y Boca.
Además de cruzarse con María Marta, los chicos también vieron a Nicolás Pachelo, el vecino señalado por la familia de la víctima y por Carrascosa por estar supuestamente vinculado con el homicidio. La grabación de una conversación telefónica reproducida el último miércoles ante el tribunal reveló que esos chicos aportarían versiones distintas de una misma escena, según los presente la fiscalía o la defensa.
De los 230 testigos convocados, 170 de ellos fueron ofrecidos por la fiscalía y los 60 restantes fueron presentados por la defensa de Carrascosa. Los primeros testigos en declarar corresponden a los que ofrecieron Molina Pico y sus colegas. Aunque varios de ellos también forman parte de la estrategia de la defensa debido a las diferentes versiones de un mismo hecho que pueden aportar.

jueves, 15 de marzo de 2007

Citan a declarar a Pachelo


El vecino del country Carmel de Pilar Nicolás Pachelo, quien fue apuntado por el viudo Carlos Carrascosa de participar en el crimen de su esposa María Marta García Belsunce, fue citado a declarar como testigo en el juicio oral que se sigue por el asesinato de la mujer.
La medida fue adoptada hoy por el Tribunal Oral 6 de San Isidro en la reanudación de la audiencia del juicio oral, luego de que la defensa de Pachelo solicitó que se lo exima de declarar porque se estaban realizando imputaciones en su contra.
Ayer, la presidenta del tribunal, María Angélica Etcheverry, le pidió opinión sobre la citación de Pachelo al fiscal Diego Molina Pico, a la defensa y a la querella, lo cual generó serias diferencias entre las partes.
"La fiscalía no ha acusado a Pachelo. Estamos acá para acusar a Carrascosa, para determinar si es o no culpable del asesinato de María Marta. Si hay pruebas para demostrar que Pachelo es responsable, deberán aportarse ante las autoridades pertinentes, no acá", remarcó Molina Pico.
Sin embargo, dijo que no se oponía a la declaración pese a que, a su entender, "no aportará nada" sobre lo que se está juzgado, y le pidió al tribunal "estar atento a las preguntas para que no se confunda su declaración y no se vaya más allá".
El abogado de la defensa, Alberto Cafetzoglus, criticó duramente al fiscal y sostuvo que tiene "una patología procesal" con respecto a este tema ya que si bien nunca imputó a Pachelo del crimen, permitió que durante la instrucción tuviera un abogado cuando siempre fue un testigo.
Por su parte, los abogados de la querella, Zulema Rivera y Gustavo Hechem, entendieron que "no hay ninguna razón para no convocarlo como testigo" a Pachelo, porque ya declaró dos veces en el expediente y "nunca se autoincriminó".


viernes, 9 de marzo de 2007

Rechazaron un pedido de Pachelo

El Tribunal desestimó el pedido del abogado de Nicolás Pachelo para que se dejaran de incorporar a la causa pruebas en su contra; negó que se esté realizando un "juicio oral en ausencia"

El Tribunal que investiga el crimen de María Marta García Belsunce rechazó hoy un pedido de Nicolás Pachelo para que se dejen de incorporar al proceso pruebas en su contra y negó que se esté realizando un "juicio oral en ausencia" contra ese vecino del country Carmel.
En una resolución firmada este mediodía, pese a que hoy no hubo audiencia, el Tribunal Oral Criminal (TOC) 6 de San Isidro denegó el planteo porque Pachelo no es parte en el juicio y adelantó que se seguirán sumando pruebas porque eso no significa que se esté acusando al joven.
"La simple lectura de causas judiciales que son públicas y algunas con carácter de cosa juzgada, o la recepción de dichos de testigos referidos a su persona, no pueden significar que el tribunal formula o se hace eco de ningún tipo de imputación, directa o indirecta, concreta o general en contra del nombrado", afirmó el fallo.
Recordaron que "en el juicio oral y público rige la amplitud probatoria, por lo que el Tribunal no rechaza ni rechazará prueba ofrecida por las partes, sino en el caso de que se la considere manifiestamente impertinente, superabundante o superflua, o legalmente inadmisible".
"Resultan inaceptables las referencias del letrado (...) en cuanto a que se está sustanciando un juicio en ausencia a Nicolás Pachelo, ya que la simple lectura de causas judiciales (...) no pueden significar que el Tribunal formula o se hace eco de ningún tipo de imputación en contra del nombrado".
Los jueces María Angélica Etcheverry, Luis Rizzi y Hernán San Martín adoptaron esta decisión luego de que ayer Roberto Ribas, abogado de Pachelo, les solicitara que impidieran que la defensa de Carlos Carrascosa, único acusado de homicidio en el juicio, siguiera sumando pruebas contra su asistido .


"Zafamos de lo otro" y nos agarran con esto...


La defensa de Nicolás Pachelo, el vecino sindicado por la familia García Belsunce como principal sospechoso del crimen de María Marta, logró hoy frenar la embestida que de la defensa de Carlos Carrascosa, ya que el tribunal rechazó incorporar al debate una escucha telefónica que lo comprometía y desalojó la sala para leer su perfil psicológico.
En el día en que casi toda la mañana se leyó gran parte de la causa del suicidio del padre de Pachelo -algo que incomodó a los jueces-, a última hora por la tarde, el Tribunal Oral Criminal (TOC) 6 de San Isidro le puso un freno a los abogados Alberto Cafetzoglus y Hernán Diego Ferrari.
El incidente surgió cuando comenzó la lectura de algunas piezas de la causa 2083 del Tribunal Oral Criminal 15 de Capital Federal, en la que el año pasado Pachelo fue condenado en un juicio abreviado a cuatro años y medio de prisión por una serie de hurtos en casas de amigos y vecinos.
Se trata de una pieza clave para la estrategia de la defensa del viudo, ya que quieren probar que a María Marta la asesinó una banda de ladrones liderada por Pachelo e integrada por vigiladotes del country Carmel.
La primera pieza a introducirse por lectura era una escucha telefónica entre la esposa de Pachelo, Inés Dávalos, y el abogado Roberto Ribas.
Los jueces María Angélica Etcheverry, Luis Rizzi y Hernán San Martín, debatieron unos minutos y luego la presidenta le comunicó a la defensa que no se iba a hacer lugar a la lectura.
"La conversación de una persona con un abogado no puede ser incorporada legalmente al proceso. No se puede afectar el secreto profesional del letrado", explicó Etcheverry al comunicar la decisión.
El abogado Ferrari argumentó que esa escucha telefónica era "favorable" a la estrategia de defensa de Carrascosa, y anunció que se reservaba el derecho de apelar esta decisión a Casación.
Fuentes judiciales indicaron a Télam que en esa escucha telefónica entre Dávalos y Ribas, la mujer le comunica al abogado que su esposo había sido detenido por la causa de hurtos en Capital Federal y que en el diálogo hace una referencia a que su marido caía preso por esto cuando había "zafado de lo otro".
Para la defensa "lo otro" es una mención a la causa García Belsunce en la que nunca fue indagado ni detenido.
Ribas ya se había adelantado ayer al pedir en un escrito al tribunal que esta escucha no se reprodujera porque lesionaba su secreto profesional y los jueces hoy le dieron la razón.
El segundo triunfo de Pachelo fue cuando se empezó a leer su perfil psicológico elaborado por una psicóloga de la Corte Suprema en esa causa que fue instruida por el ex juez Mariano Bergés y por la cual pasó dos años preso hasta que en septiembre del año pasado recuperó la libertad tras cumplir dos tercios de la condena.
Ya iniciada la lectura, la jueza Etcheverry interrumpió al secretario y le dijo a la defensa que se estaba vulnerando el derecho a la intimidad de Pachelo.
La repuesta del abogado Ferrari fue que "la causa penal es pública" y que "el derecho a la intimidad de Pachelo colisiona con el defensa en juicio de Carrascosa".
Su compañero Cafetzoglus fue mucho más claro al asegurar que "Pachelo en esta causa ha sido procesado y condenado y su personalidad tiene mucho que ver con la modalidad de una hipótesis que trabaja la defensa".
Allí, intervino el fiscal Diego Molina Pico para oponerse a la lectura de la pericia psicológica porque lesionaría la intimidad de Pachelo y aprovechó para recordar que el ex vecino del Carmel "fue investigado pero no indagado ni elevado a juicio" y que este debate "es contra el señor Carrascosa".
Los jueces Etcheverry, Rizzi y San Martín hicieron un cuarto intermedio de cinco minutos y finalmente hicieron lugar a que se lea el perfil de Pachelo, pero a puertas cerradas, por lo que el público y la prensa tuvieron que retirarse. (Télam).


jueves, 8 de marzo de 2007

Forenses: "no hubo pegamento y no se veían los orificios"

Las declaraciones de dos forenses que fueron leídas en la octava jornada del juicio oral que se realiza en los tribunales de San Isidro por el asesinato de María Marta García Belsunce favorecieron a Carlos Carrascosa, el marido de la víctima y único acusado del homicidio.
No obstante, la reproducción de la conversación telefónica entre Carrascosa y la operadora de la empresa de medicina prepaga que atendió la llamada para pedir la ambulancia sembró dudas sobre la actitud del marido de la víctima y sobre quiénes estaban con Carrascosa en su casa del country Carmel cuando encontró a su esposa en la bañera.
En una de las grabaciones difundidas ayer se podía escuchar la voz de Carrascosa, la de la operadora y, de fondo, se advertían los sollozos de una mujer.
Si bien no se pudo escuchar con claridad en la grabación, una importante fuente de la investigación dijo que en la cinta quedó registrada la voz de un hombre que increpa a la mujer que llora. Los peritos de la Gendarmería, que analizaron las cintas, concluyeron que no se puede identificar a esas voces ni lo que dicen y que ellos sólo detectaron los llantos y voces femeninas, pero no la masculina.
Lo llamativo del caso era que en el momento en que Carrascosa hizo la llamada, el 27 de octubre de 2002, a las 19.07, según declaró el acusado, sólo estaban en su casa él y la masajista Beatriz Michelini.
Con respecto a las declaraciones que beneficiaron a Carrascosa, los legistas Héctor Moreira y Alejandro Flores expresaron que no se encontraron restos de adhesivo de contacto en el cráneo de María Marta y que no había signos de que algún hueso hubiera sido pegado con una sustancia similar.
Además, los forenses sostuvieron que fue posible que "una persona común, que no fuera médico, pudo no haberse dado cuenta tranquilamente de que esas lesiones no habían sido provocadas por disparos de un arma de fuego".
De esta forma, Flores y Moreira, que se desempeñan en la Dirección de Policía Científica de la policía bonaerense, favorecieron a Carrascosa, quien, según reveló la transcripción de una desgrabación de una conversación telefónica, instaló la teoría de que su esposa murió a causa de un accidente doméstico al caerse en la bañera, cuando en realidad había sido asesinada de cinco balazos en la cabeza.
Ambos forenses hicieron las declaraciones ante el juez de instrucción porteño Julio Lucini, quien estuvo a cargo de la investigación por la falsificación del certificado de defunción de María Marta.

LA AUTOPSIA
Moreira participó de la autopsia que se hizo en la Morgue Judicial porteña el 2 de diciembre de 2002, es decir, 36 días después del homicidio.
"Al pasar la mano por la cabeza se desprendieron mechones de pelo y descubrí cinco agujeros. A simple vista, sólo se veían las lesiones contusas cerradas, es decir que no se veía ninguna lesión abierta, no se observaron lesiones producidas por armas de fuego. Las lesiones tenían una apariencia redondeada, cuyos bordes estaban encimados, sin apertura, y se confundían con un grupo de lesiones contuso punzantes", explicó Moreira.



Pachelo fue el eje de la novena jornada del juicio

La figura central fue el vecino del country de Pilar, a quien Carlos Carrascosa vinculó con el asesinato de su esposa. La defensa rechazó las acusaciones y pidió que no se lo juzgue ya que no está imputado en la causa. Cuarto intermedio hasta el próximo martes

Nicolás Pachelo, el vecino del country de Pilar al que Carlos Carrascosa vinculó con el crimen de su esposa, fue hoy el eje central del juicio oral que se sigue contra el viudo, al punto que en ningún momento se habló del homicidio ni se mencionó a la víctima, María Marta García Belsunce.
No obstante, el tribunal frenó en dos oportunidades la embestida de la defensa del viudo hacia Pachelo al rechazar que se incorpore a este juicio una escucha telefónica entre su esposa y su abogado y que se lea en público el informe sobre su perfil psicológico.
Antes de que se diera inicio a la novena audiencia del debate, el abogado de Pachelo, Roberto Ribas, solicitó al Tribunal Oral en lo Criminal 6 de San Isidro que impida que se siga sustanciando un "juicio en ausencia" contra su asistido, que ni siquiera está imputado en la causa.
"¿Qué pasa, no hay argumentos para defender que se debe atacar arteramente? ¿No nota el tribunal que hay una silla vacía?", se preguntó el letrado en la presentación que formuló por la mañana y que hasta esta tarde no había sido respondida.
Ribas afirmó que "Carrascosa es el único sujeto elevado a juicio", pero "pese a ello, y en un exagerado y malentendido derecho de defensa, el tribunal viene permitiendo que se sustancie un juicio en ausencia respecto a Nicolás Pachelo".
El vecino fue señalado por Carrascosa como culpable o partícipe del homicidio de su mujer y, en la jornada de ayer, se incorporó a la causa por lectura la condena a un año de prisión que recibió en 2005 por haber encubierto el robo de 47 palos de golf a vecinos del country Carmel de Pilar.
"Esta actitud, sin duda inédita en los anales judiciales, convierte a Pachelo en un mudo espectador de ataques contra su persona y lo expone como la contracara del único acusado", destacó el escrito de la defensa.
"Llamo la atención del tribunal sobre éstos aspectos. Descarto que vuestra idea es llevar a cabo un proceso con garantías, pero ello es extensivo y más aún respecto a quien no está ni se le permite una defensa", agregó.
Sin mencionar la presentación, la presidenta del tribunal, María Angélica Etcheverry, dio inicio poco antes de las 11 a una nueva audiencia que comenzó con la lectura de la causa que se abrió tras el suicidio de Roberto Pachelo, padre de Nicolás.
Ribas se retiró ofuscado de la sala de audiencias y a lo largo de dos horas y media se escucharon detalles de la muerte de Pachelo padre, ocurrida el 10 de enero de 1996 en un chalet de Pilar que se encontraba en el mismo predio que una tosquera de su propiedad.
Ese día por la mañana, el empresario fue hallado sin vida, tirado sobre su cama y desnudo, por su hermano Rodolfo, su ex esposa Jackeline Barbará, el hijo de ésta y Nicolás, quien vivía en la misma casa y -según declaró- decidió llamar a sus familiares porque su padre no respondía a sus llamados.
Todos declararon que el hombre tenía un revólver calibre 38 entre sus manos y que luego descubrieron que tenía un orificio con sangre detrás de la oreja derecha, por lo que estimaron que se había suicidado en el marco de la depresión que venía sufriendo desde un tiempo atrás.
Sin embargo, la defensa logró también introducir por lectura testimonios para vincular a Pachelo con la muerte de su padre, lo cual Ribas calificó de "inhumano y perverso".
Rodolfo Pachelo, tío de Nicolás, dijo que su sobrino, la pareja de éste y su bebé "se hallaban presentes (en la casa) pero no escucharon nada", lo cual Nicolás atribuyó a que las habitaciones de cada uno estaba a una distancia de 30 metros.
Daniel Maldonado, vigilador de la tosquera, afirmó que el joven, por entonces de 19 años, "no tenía sentimientos hacia su padre" y relató que "después de su muerte, un día sacó unos cuadros que tenían fotos de cuando corría carreras de autos y les disparó con una carabina 22".
En tanto, un medio hermano de Pachelo recordó que su padre le había regalado a Nicolás un camión para llevar tosca a la Panamericana pero éste lo usaba "jugando a chocar a otros vehículos" y la madre de éste, Jacqueline Barbará, dijo que le pareció que a su ex marido "lo habían puesto sobre la cama" porque "la idea del suicidio no se podía concebir".
También se leyó una pericia que señaló que en la mano derecha de Pachelo padre no había restos de pólvora, aunque se aclaró que eso podría ocurrir porque a veces las partículas pueden dirigirse hacia otro lado y no quedar en la piel de quien dispara.
La lectura de casi toda la causa del suicidio, que no tienen ninguna relación con el homicidio de María Marta, agobió a todas las partes, incluso a la jueza Etcheverry, quien en un momento empezó a preguntar a la defensa de Carrascosa si era necesario incorporar todas las piezas pedidas y luego rechazó una y evitó que se lea en público otra.
En la instrucción suplementaria del expediente, previa al debate oral, el tribunal aceptó esta y otras pruebas a pedido de la defensa porque tiene "amplitud de criterio", explicaron fuentes judiciales, pero hoy consideraron que la lectura casi completa de una investigación que no tiene vinculación con este juicio fue "sobreabundante".

miércoles, 7 de marzo de 2007

Ribas pide que no se incorpore la escucha telefónica con Inés Dávalos

Forenses afirman que no se podían ver los orificios de bala


Así lo evaluaron los forenses a cargo de la autopsia solicitada por la defensa; señalaron que a simple vista no se detectaban los orificios del impacto de las balas.

Los médicos forenses que practicaron la autopsia al cadáver de María Marta García Belsunce favorecieron a Carlos Carrascosa al asegurar que el viudo "pudo no haberse dado cuenta" de que su esposa tenía cinco balazos en la cabeza.
Así surgió hoy en el juicio que se le sigue a Carrascosa en el Tribunal Oral Criminal 6 de San Isidro por el homicidio de García Belsunce, al incorporarse por lectura el testimonio que los médicos legistas brindaron en otro proceso.
Los especialistas en necropsias Carlos Flores y Hernán Moreira hicieron la autopsia de García Belsunce el 2 de diciembre de 2002, o sea 36 días después de la muerte, y establecieron que cinco proyectiles estaban alojados en el cerebro de la víctima recién después de retirar el pelo, abrir el cuello cabelludo y retirar el hueso fracturado.
Lo que afirmaron es que a simple vista no se detectaban los orificios de los balazos y solamente se visualizaban las contusiones en la cabeza, lo cual favoreció el testimonio del acusado, quien cuando pidió la ambulancia para asistir a su mujer, el 27 de octubre de 2002, afirmó que se había "caído de la bañadera" y estaba "como ahogada".
Ambos médicos legistas de la Policía Científica testimoniaron en otro juicio, que el juzgado de instrucción número 8 porteño llevó a cabo por la falsedad del certificado de defunción de García Belsunce, y sus declaraciones hoy fueron incorporadas como prueba por lectura en el proceso a Carrascosa.
Flores recordó que al revisar el cadáver en la autopsia a primera vista "no había sospechas de lesiones por armas de fuego" y señaló que recién cuando retiraron el pelo y removieron la zona aparecieron a la vista "seis agujeros en el parietal izquierdo", luego de lo cual encontraron "cinco proyectiles en el interior" del cerebro.

"Parecían hematomas". Moreira, que operó el instrumental, señaló lo mismo y abundó en detalles cuando sostuvo que en principio parecían "hematomas pero no heridas contuso punzantes ni mucho menos contusosperforantes" para resumir con que "sólo se veían contusiones cerradas, no heridas".
El forense admitió que cayeron en la cuenta de la presencia de heridas punzantes en la cabeza de García Belsunce luego de la limpieza del cuero cabelludo e incluso confió que advirtieron que eran disparos recién al encontrar la sexta marca en el hueso craneal, por el tipo de huella que dejó el rebote de la bala.
Entonces el juez le preguntó qué podrían advertir las personas no expertas e incluso médicos generales cuando vieron a la víctima poco después del hecho y Moreira contestó: "Pueden no haberse dado cuenta de que eran heridas causadas por proyectiles".
Igualmente afirmó que quienes hayan visto y revisado el cuerpo de García Belsunce en los primeros momentos "no pudieron dejar de ver la llamativa pérdida de sangre y de masa encefálica" que ocasionan las heridas perforantes de los tiros.
De todos modos, esta prueba solicitada por la defensa le viene como anillo al dedo a Carrascosa por su versión de que al principio pensó que su esposa se había caído en la bañadera y se había golpeado la cabeza, al punto que así lo manifestó al pedir auxilio al servicio de ambulancias.

domingo, 4 de marzo de 2007

Las cartas de Carrascosa


En el juicio por la muerte de María Marta García Belsunce hay un solo acusado pero dos sospechosos. Y la defensa del viudo logró que los jueces admitieran sus pruebas e indicios contra el vecino Pachelo, a quien señalan como el verdadero culpable. Los argumentos que esgrimen.

Por Raúl Kollmann


Carlos Carrascosa y la familia García Belsunce volvieron a poner sobre la mesa la carta en la que más creen: sostienen que a María Marta la mató una banda integrada por el vecino Nicolás Pachelo y varios vigiladores del country El Carmel. La hipótesis es que entraron a robar en casa de Carrascosa, ella llegó sorpresivamente debido a la lluvia que interrumpió un partido de tenis y se los habría encontrado en la vivienda. Como los conocía, la mataron. Pese a que Carrascosa es el único imputado, los integrantes del Tribunal Oral admitieron que la defensa del viudo incorpore las pruebas que tienen contra Pachelo y los vigiladores, lo que indica que los jueces están abiertos a otras pistas sobre el asesinato.


El punto central de la defensa de Carrascosa no es la acusación contra Pachelo, sino –según ellos– las evidencias que sostienen que el viudo no fue. En síntesis, que no hay un solo testigo que haya visto a Carrascosa en el lugar del crimen, ni un testigo que manifieste que el matrimonio se llevara mal, alguien que haya visto una discusión entre ellos o al viudo con un arma. El no tiene antecedentes de violencia y, coinciden todos, quedó desbaratado judicialmente el asombroso móvil que planteó el fiscal Diego Molina, que él la mató a ella por dinero del cartel de Juárez. Los únicos indicios que la fiscalía seguirá sosteniendo es que la familia –incluyendo los propios padres de ella– trató de tapar el crimen y que es falsa la coartada de Carrascosa.

Frente a este cuadro, el defensor del viudo, Alberto Cafetzoglus, y la abogada de la madre de MM, Zulema Rivera, exponen las evidencias que creen que tienen contra Pachelo y los vigiladores. Este es un resumen:

1

¿Es cierto que Pachelo fue la última persona que se sabe vio con vida a María Marta?

–Así es. Dos menores, que en la causa figuran como A y B, declaran que minutos antes del crimen vieron a Pachelo corriendo cerca de la casa de Carrascosa. “Estaba vestido con un buzo negro con raya blanca en los brazos hasta las mangas, con capucha colocada, viéndole la cara. Al sobrepasarlos, Pachelo los saluda con la mano. Que instantes después observó a María Marta en bicicleta en la misma dirección.” El menor B declara exactamente lo mismo: “Después de terminado el partido Boca-River y en la esquina de enfrente de lo de Levy se cruza corriendo Pachelo. Que a Pachelo lo reconozco porque lo vi muchas veces en el club en las canchas de fútbol”. Lo curioso del caso es que Pachelo había entrado al country unos minutos antes con su auto y venía de jugar un partido de fútbol. ¿Por qué estaría corriendo o trotando? Además, los vigiladores del country declaran que Pachelo nunca hacía footing.

2

¿Pachelo admite haber estado cerca de laescena del crimen en los momentos previos al asesinato?

–No, dice que había salido hacia el shopping Paseo Alcorta. Sin embargo dos pruebas corroboran el relato de los menores. La más categórica es que las cámaras de seguridad de la puerta de El Carmel demuestran que salió a las 19.05, o sea después del crimen, vestido tal cual lo describen los chicos. La otra es que a las 19.32 Pachelo recibió una llamada a su celular que se cursó por la celda 394 de Movicom, correspondiente a Pilar. O sea que a esa hora todavía estaba en las inmediaciones del country.

3

Pachelo se hizo la prueba de ADN y dio negativo, ¿no es unaprueba de su inocencia?

–También la de Carrascosa dio negativo. Habrá que ver si efectivamente las tres manchitas de sangre encontradas en el antebaño corresponden a los asesinos o no. De todas maneras, la hipótesis de la defensa de Carrascosa no es que Pachelo fue el que disparó, sino que fue el organizador del robo y estaba afuera haciendo de campana o corriendo para avisarles a los ladrones que María Marta estaba volviendo sorpresivamente a su casa.

4

¿Tiene Pacheloantecedentes de haber robado en el country?

–Sí, varios. Por de pronto, estuvo en la cárcel de Marcos Paz de mayo de 2004 a septiembre de 2006 por ocho robos. Entre ellos el de una gran cantidad de palos de golf de El Carmel que –se ve en una filmación– fue a vender en un negocio de la Costanera. Además, un año antes del crimen, desapareció el perro de MM, Tom. Mediante llamados telefónicos le pidieron a María Marta 1500 pesos para devolverlo. Una doméstica de Pachelo declaró que el perro lo tenía escondido en su propia casa y un criador –que está citado como testigo– sostuvo que Pachelo le intentó vender a Tom. Además, hay otra causa por el robo de una computadora y otros efectos de la casa de un vecino de El Carmel que estaba de vacaciones.

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¿Hay otro antecedente de robo que se podría vincular con el caso García Belsunce?

–Pachelo termina condenado por ocho robos, pero se le imputaron muchísimos más. En la mayoría les robó las llaves de la casa a sus propios amigos y les entró de noche. Uno de los más llamativos ocurrió en la casa de la familia Auge. Pachelo robó las llaves de su amigo Gastón y pocos días más tarde un encapuchado, armado, entró en el domicilio donde estaba Marta María Auge, madre de Gastón. Encañonó a la mujer, la metió en el baño, robó todo lo que había y la amenazó con esperar al hijo y matarlo si no le daba 40.000 dólares. Pachelo terminó confesando el robo a Gastón y aduciendo que es adicto al juego y no tenía para comer. Lo que importa es que dijo que él no entró, sino que mandó “a dos tipos de Pilar”.

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¿Hay indicios respecto de los vigiladores?

–El fiscal Molina Pico, obsesionado con inculpar a Carrascosa, no profundizó esa pista como debía. Todos los vigiladores que declararon admitieron que robaban e incluso acusaron a los demás con enorme dureza. José Ortiz, que en forma asombrosa apareció enseguida después del crimen frente a la casa de MM, es sindicado por todos los demás como ladrón y violento. “Ortiz apretaba a los otros para que roben con él”, declara por ejemplo el vigilador Norberto Matto. A esto hay que agregar que había orden del country de vigilar a Pachelo por los robos reiterados y el vigilador que tenía esa misión, Carlos Villalba, faltó esa tarde. Además, la cámara de seguridad que enfocaba la parte de atrás de la casa de Carrascosa fue desconectada a las 16.29.

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¿Pero huboun robo?

–Carrascosa afirma que se llevaron entre 400 y 800 pesos de su mesita de luz y que desapareció una caja con dinero y cheques de la organización Damas del Pilar.

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¿Hay antecedentes de agresividad de Pachelo?

–El martes se empieza a leer en el juicio la causa sustanciada por la muerte de su padre, Roberto, quien supuestamente se suicidó. La esposa de su padre, Jacqueline Barbará, declaró en la causa que cree que Nicolás mató a su padre. Esa hipótesis nunca prosperó, pese a que desaparecieron varias cosas, entre ellas el portafolio del padre y las llaves de la caja fuerte. El lugar de la muerte fue incendiado intencionalmente un mes más tarde. El hijo del primer matrimonio de Barbará, Hernán, muy enfrentado a Pachelo, también sufrió el incendio intencional de su casa. En un enfrentamiento verbal con Mariano Maggi, propietario de una concesionaria de autos, Pachelo le dijo: “Si tuve huevos para matar a mi padre, imaginate lo que es matarte a vos y a tu vieja”. La pericia psiquiátrica realizada por María Chicatto dice “marcados componentes de agresividad, trastorno psicopático de personalidad, lúcido e inteligente”. La pericia sostiene que los rasgos son compatibles con un adicto al juego.

En el juicio actual, el único que puede ser condenado o absuelto es Carrascosa. Pachelo no está acusado de nada. El objetivo de la defensa del viudo no es sólo que lo absuelvan, sino que el tribunal diga que la pista de Pachelo y los vigiladores debe ser investigada de inmediato.


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