Web Toolbar by Wibiya Caso García Belsunce: Certificado de defunción

Certificado de defunción


Guillermo Bártoli y Michael Taylor llegan a Casa Sierra para hacer el trámite. Los atiende Oscar Sierco, al cual, Bártoli le relata cómo creía que había sido la muerte. Le dice que su cuñada aparentemente se había caído en la bañera y se había golpeado fuertemente la cabeza, y como consecuencia de ese traumatismo había fallecido. Eso es lo que creían todos hasta ese momento y es justamente lo que Bártoli le transmite al empleado. Luego de esta breve entrevista, Sierco comienza a llenar unos papeles y les dice que tienen que escoger el féretro donde va a ir el cuerpo y en base a eso poder calcular el monto final del servicio. Escogen el intermedio tipo "tipo normal, modelo: Baulito 2 paneles con metálica" según consta en el certificado de contratación del servicio. Sierco hace el cálculo del costo y le hace firmar unos papeles a Bártoli, quien, al no tener efectivo consigo, le dice que pagará con cheque personal. El pago incluía: el féretro, el servicio, apertura de la bóveda y honorarios del médico que iría a certificar la muerte. Al terminar de firmar el papelerío, Sierco les comunica que hay un inconveniente burocrático: para hacer la inhumación en capital federal (lugar donde se encuentra la bóveda familiar), deben anotar un domicilio de capital. Entonces, luego de llamar a la familia para preguntar qué domicilio dar, Bártoli le dice que ponga el domicilio de la madre de María Marta, que era en capital federal. Solucionado este tema, Sierco le pide que el pago se lo haga en dos cheques, uno por el féretro y el servicio, y otro por el costo del trámite en Recoleta y los honorarios del médico. Bártoli así lo hace y es en ese momento cuando le pregunta Sierco si ya pueden mover el cuerpo porque el médico de la ambulancia les había indicado no hacerlo hasta que lo aprobara la funeraria. El empleado le dice que sí, que ya pueden hacerlo. Bártoli y Taylor se retiran de Casa Sierra y se van hacia Pilar, a la casa de Carrascosa donde estaban los demás. Más tarde llegan de la empresa funeraria quienes propusieron velarla en la planta baja, pero finalmente se decidió hacerlo en la habitación, sobre la cama.
Al día siguiente vuelven los empleados de la casa funeraria para terminar con el servicio y finalmente llevar el cuerpo a la bóveda familiar situada en Recoleta.

Conclusiones:
-Nadie dio un domicilio falso, dieron el de la madre de María Marta, y lo hicieron porque en la casa funeraria tenían como requisito, para inhumaciones en capital, que debía figurar un domicilio en capital. Sin embargo, y como es obvio, la combi de Casa Sierra fue hasta la localidad de Pilar a realizar el servicio porque era ahí donde se había producido la muerte y donde se encontraba el cuerpo.
-Como es lógico, Bártoli se retira de Casa Sierra sin el certificado de defunción, ya que éste debía ser confeccionado por el médico que iría a certificar la muerte. Dicho médico nunca fue, y tampoco podría hacerlo, ya que tiempo después se enteraron que sufría de una apoplejía que le impedía movilizarse, dato que el empleado de la casa funeraria supo todo el tiempo y jamás mencionó. Es decir que desde el principio, este empleado sabía que el médico jamás iría y que él mismo debía completar ese documento. La firma del médico no era problema porque en Casa Sierra (se supo más tarde), tenían certificados de defunción en blanco ya firmados por este doctor, para que el empleado los completara. El problema era que no podía poner, como causa de muerte, un traumatismo, ya que eso requeriría la intervención policial, y por supuesto, la presencia del médico en el lugar. Por ese motivo, el empleado lo completó como si se tratase de un paro cardio respiratorio no traumático, y nunca se lo hizo firmar a nadie. De hecho, la firma que aparece al pie del mencionado documento, está falsificada. Esto está corroborado por una pericia caligráfica que se realizó en el juicio por falsedad ideológica transcurrido en el Juzgado de Instrucción N3 de Capital Federal, a cargo del doctor Lucini a principios del año 2003, en el cual Bártoli fue absuelto por falta de mérito, y el médico (Juan Carlos March) fue condenado por falsificación de documento público.
-Bártoli jamás vio ni firmó el certificado de defunción.
-En el certificado de contratación del servicio dice que se realizará la inhumación en la bóveda familiar, en ningún momento se pidió la cremación del cadáver. Además el féretro que compraron no era apto para cremación ya que tenía cubierta metálica (los de cremación no pueden llevar metales).


Documentación del sepelio




Pericia caligráfica de la firma de Guillermo Bártoli



Causa por falsedad ideológica



Declaración de Alejandro Lanús (Director operativo del Registro Civil a cargo de la Oficina Central de Defunciones en esa época)



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