Web Toolbar by Wibiya Caso García Belsunce: Las sorpresas del alegato dejan varios interrogantes

miércoles, 13 de junio de 2007

Las sorpresas del alegato dejan varios interrogantes

Por Hernán Cappiello

De la Redacción de LA NACION


Ayer, el fiscal Diego Molina Pico sorprendió. Al menos para los que no siguieron día a día en la sala de audiencias el juicio contra Carlos Carrascosa.

No porque lo acusara de ser el coautor de la muerte de su esposa, cuestión que se descontaba o porque lo acusara de encubrir ese crimen. Sino porque ubicó como coautores del asesinato a la media hermana de la víctima, Irene Hurtig, y al cuñado Guillermo Bártoli.

Para hacerlo, se valió de pruebas nuevas surgidas durante el juicio: el análisis de una comunicación telefónica que mantuvo el acusado para pedir una ambulancia. De fondo se escuchan voces de Bártoli y de una mujer. Para el fiscal esa dama es Hurtig, cuestión que ella niega.

Llama más la atención la imputación cuando durante los cuatro años que investigó el caso siempre la tuvo como testigo. A Bártoli lo colocó en la escena, por la misma llamada, y pidió que se ampliara al cargo de homicidio la actual investigación que enfrenta por encubrimiento.

La otra sorpresa del fiscal es la contramarcha que dio con el móvil del crimen: en el auto de elevación a juicio, al citar testigos e incorporar prueba por lectura, siempre sostuvo que a María Marta García Belsunce la mataron por que quiso denunciar negocios turbios de la familia, supuestamente ligados con el Cartel de Juárez.

Ahora, dijo que hubo una pelea ocurrida el día anterior que un testigo de oídas refirió. Quien escuchó esa trifulca murió.


A las sorpresas del fiscal se sumó el pedido de investigación por encubrimiento al fiscal ante la Cámara de Casación Penal Juan Martín Romero Victorica. El funcionario judicial, amigo de la familia, estuvo en el velatorio y fue uno de los que sospechó que podría tratarse de otras cosa que no fuera un accidente, pero ahora terminó en la mira de la investigación. No explicó el fiscal por qué. A lo mejor las razones están en esa conversación privada que mantuvieron ambos cuando Molina Pico llegó a la casa del Carmel. Molina Pico afirma que Romero Victorica le aseguró que se trataba de un accidente, pero el fiscal de Casación sostiene que allí le trasmitió sus sospechas sobre un crimen.

El arma homicida es otra de las sorpresas del juicio que Molina Pico planteó como indicio. Según el fiscal es el revólver del sobrino de Carrascosa, pero ese familiar lo denunció como robado en 1999.

Molina Pico tuvo margen para la autocrítica. Calificó de "torpeza" su falta de reacción en los primeros minutos cuando estuvo en la casa tras la muerte.


No obstante, el fiscal presentó la acusación como un caso cerrado. La basó en el reloj y en las contradicciones de esos horarios con el relato de los acusados. Lejos está el crimen de ser un asunto concluido con la acusación fiscal.

Aún restan escuchar los argumentos de la querella, que se esforzará más por acusar al ex vecino Nicolás Pachelo que por contestar a Molina Pico. Y falta el alegato de la defensa, que más allá de los argumentos jurídicos con los que pedirá la nulidad de la investigación intentará poner en crisis los indicios que, sin pruebas directas, sembró el fiscal.


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